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La Venida de Cristo


La venida de Cristo


Porque aún un poquito, y el que ha venir vendrá, y no tardará. Hebreos 10:37

¿Cuál fue la última vez en que pensaste en la segunda venida de Cristo?

¿A veces te sorprendes deseando que él demore un poco más porque hay algo que todavía quieres hacer? No olvidemos que en Apocalipsis 22:12 dice: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.

La venida de Cristo debe ser la principal expectativa del cristiano porque este acontecimiento nos librará de la maldición del pecado y nos colocará en la misma presencia de Dios. Entonces, las enfermedades, las tristezas y los pleitos se terminarán y podremos disfrutar de perfecta salud, paz y alegría.

Pero, con frecuencia nos damos cuenta que ni estamos preparándonos para la venida de Cristo: sólo estamos esperando que cuando él venga, estaremos preparados. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas !cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” (2 Pedro 3:11-12). Es importantísimo que nos preparemos hoy para ese día, porque cuando Jesús venga, llegaremos a nuestro destino, sin posibilidad de cambiarlo. La recompensa excederá, con creces, las pequeñas he insignificantes pruebas que enfrentamos en esta tierra. “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18). La oportunidad de alabar a Dios por toda la eternidad, por todo lo que él ha hecho por nosotros es algo que todo cristiano puede esperar con ansias.

Steve Smucker, lott, TX

Lectura Bíblica: Hebreos 10:32-39

Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Amén; sí, ven, Señor Jesús. Apocalipsis 22:20

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