Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, lo haré, para que el padre sea glorificado en el Hijo. Juan 14.13
Un agricultor deseaba ir a otros países a evangelizar. Sus amigos se ofrecieron para cuidar de su granja en su ausencia. Pero, ¿y qué de los asuntos financieros del negocio? La solución se hallaba en dar derecho en la cuenta bancaria a un amigo que se encargara de cuidar de la granja. Este documento legal autorizaba al amigo a firmar cheches, pagar facturas, comprar provisiones, vender vacas y hasta prestar dinero – todo en el nombre del propietario que se hallaba en el exterior. Claro, él era responsable por la manera en que condujera el negocio del misionero. Nadie deposita tal autoridad en otra persona a menos que confié en él completamente.
En Juan 14, Jesús nos da la autoridad de negociar en su nombre y nos promete honrar nuestros esfuerzos. Esto es un tremendo honor y privilegio. De hecho, en la parábola de los talentos, se nos da la responsabilidad de ejercer dicha autoridad. Ni siquiera el temor de cometer errores es una excusa suficiente buena para que dejemos de honrar y obrar para el Reino de los Cielos. Jesús aun promete tomar nuestros errores y hacer que ayuden al bien. Es el no usar lo que Dios nos confía lo que nos condenará.
Dan Schmucker, Franklin, KY
Lectura Bíblica:
Hechos 19. 13-20
Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.
15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.
18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
Juan 14. 12-14
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Piensa más en el poder de Cristo en ti que en el poder de las cosas terrenales que te rodean.
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